Biography

Una inusual mezcla de sangre iraní e italiana ha dado como resultado una criatura extremadamente curvilínea que hace tan solo unos meses, a la edad de 31 años, decidió explotar esa sobreabundacia física (especialmente en las áreas donde los hombres se quedan embelesados) en la industria pornográfica, un gremio que le viene como anillo al dedo, puesto que a su espectacular físico hay que sumarle una notable actitud frente a los focos.

Y es que esta morenaza no luce un cuerpo fitness, tendencia que parece que se está imponiendo en los últimos tiempos, puesto que luce con orgullo un poco de tripita y sus carnes se bambolean durante el coito, al no tener nada postizo y no visitar el gym, lo cual no significa que le falte dinamismo en la escenas como a otras chicas más tonificadas. Todo lo contrario, las posaderas se las mueve el diablo en sus polvos filmados.

Estudió en una escuela católica para niñas. Durante su adolescencia practicó muchos deportes, sobre todo el fútbol donde empezaron a llamarle por su apodo actual, Mona, que viene de su segundo nombre Monavar. Descubrió el porno a muy temprana edad porque su padre grabó una película X encima de uno de sus partidos de fútbol, y con ello la masturbación que confiesa le encantaba. Pasó por numerosas etapas rebeldes como por ejemplo una en que se puso piercings en los pezones cuando ni siquiera tenía 18 años. Tuvo muchas discusiones hipócritas con su padre conservador. Antes del porno estuvo trabajando como comercial de maquinaria y productos médicos, pero la despedían con frecuencia así que decidió ganar dinero a través de OnlyFans con vídeos subidos de tono. Comenzó a colaborar con otros usuarios de la plataforma y así llegaron los primeros vídeos porno hetero caseros hasta que contactó con Mark Spiegler y la metió de lleno en el porno profesional.