Esta refinada universitaria, enamorada del estilo de vida madrileño ha tenido claro que la mejor forma de mantener su tren de vida es sin lugar a dudas el porno, ese -dinero fácil y divertido- que reaviva el mito real de las universitarias que se pagan sus caprichos con la entrepierna. Comienzó sus andaduras con FAKings.
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